GALVANIZACIÓN
02 | 2016
La protección
del hormigón
Refuerzos galvanizados
El hormigón armado es un material ampliamente utilizado en construcción con una atractiva gama de propiedades y características. Se puede utilizar en una gran variedad de condiciones de exposición. Sin embargo, debe prestarse atención a la corrosión, que suele producir tinción, agrietamiento y desprendimiento del hormigón circundante. La naturaleza porosa del hormigón permite que elementos como el agua, los cloruros y el oxígeno viajen a través del hormigón hasta, finalmente, llegar al refuerzo.
El hormigón armado se utiliza, por ejemplo, en aparcamientos multinivel que han de lidiar con condiciones nada evidentes. La humedad se incrementa de forma regular a través de los vehículos, que transportan lluvia y nieve, hasta el aparcamiento. Mezclados con los contaminantes depositados en los coches o las sales de deshielo en el invierno, el ambiente corrosivo que se forma es de muy elevada intensidad.
Carbonatación
En condiciones normales, el acero de refuerzo está protegido de la corrosión por la alcalinidad del hormigón. Esta pasivación inherente existe para valores de pH entre 10 y 13,8. Sin embargo, con la introducción de la humedad y el dióxido de carbono, la alcalinidad se reduce con el tiempo y se produce despasivación. Este proceso se denomina carbonatación. Como resultado, se produce la corrosión de la armadura y graves daños al componente. La prevención a largo plazo de la carbonatación la proporciona la galvanización a través de una amplia gama de valores de pH (Fig. 2). El uso de refuerzo galvanizado previene la corrosión inducida por la carbonatación y es aconsejable para clases de exposición XC1 a XC4 (Tabla 1).
Exposición a cloruros
El acero de refuerzo galvanizado ofrece también protección en entornos donde se espera exposición a cloruros. Esta protección ha de sumarse a la baja solubilidad en zinc de los cloruros alcalinos, haciéndolos inofensivos. Se recomienda la aplicación de refuerzo con acero galvanizado en estructuras cerca de agua salada, puentes de hormigón, aparcamientos y tramos prefabricados de. Los aparcamientos son considerados como clase de exposición XD3 (Tabla 2) de acuerdo al Eurocódigo 2 (EN 1992).
La corrosión no sólo es un problema importante para los operadores de aparcamientos en cuanto a cuestiones estructurales. Además del costo innecesario, la rehabilitación y el mantenimiento estructural viene acompañado de interrupciones en el servicio y pérdida de ingresos. Además, se desmoronan las superficies de hormigón causando preocupaciones estéticas. El goteo de agua oxidada de los coches aparcados también puede causar daños costosos a la pintura. Esto es particularmente pertinente para aparcamientos donde se dejan los vehículos durante largos períodos de tiempo, por ejemplo, en los aeropuertos.