Almere es la ciudad más joven de los Países Bajos. Situada junto a un lago, se asienta sobre el nivel del suelo circundante como parte del plan maestro de la ciudad. Debido a su proximidad al lago, la concentración de edificios altos ejerce efecto túnel en el viento, disuadiendo a residentes y clientes del principal centro comercial de la ciudad.

Para subsanar este problema, se construyeron una serie de estructuras adoseladas que llevasen las condiciones de viento a un nivel aceptable para los residentes. Los techos levantados han reducido las velocidades de las ráfagas hasta un 50% en áreas críticas.

Las cubiertas resultantes, cuidadosamente detalladas, son una solución elegante. Se trata de estructuras reducidas a una composición mínima en forma de columnas cónicas, vigas acanaladas y vidrio sin marco. Son discretas, de mantenimiento mínimo, y se integran en el paisaje urbano creando espacios tranquilos con elegancia.