El zinc del acero galvanizado es muy reactivo y forma óxidos e hidróxidos de zinc en contacto con la atmósfera que, con el tiempo, se convierten en carbonatos básicos de zinc. Son estos productos los que dotan al acero galvanizado de su color mate característico. Además, son muy estables y protectores.
Cuando el acero galvanizado se apila o se almacena de forma que no se permite que el aire fluya libremente, los hidróxidos de zinc no pueden convertirse en carbonatos, quedando depositados sobre la superficie del acero. Estos hidróxidos, por su color blanco, son los que comúnmente se conocen como mancha blanca o mancha de almacenamiento húmedo. No inhiben el carácter protector del acero galvanizado aunque son estéticamente desaconsejables, razón que no justifica su rechazo de acuerdo a la norma ISO 1461.
La mayoría de estas manchas por almacenamiento húmedo se pueden eliminar fácilmente con un limpiador o un cepillo de nylon. Para evitar que se produzca mancha blanca, asegúrese de almacenar el acero galvanizado siempre en interior o bajo techado, y disponga las piezas de forma que haya suficiente flujo de aire libre entre ellas.