- Obra: Rehabilitación AA308, León
- Situación: Avenida del Bierzo, 308. 24390 Dehesas. León.
- Autores: Víctor Rodríguez Prada y Marcos Cortes Lerín (MCVR Studio).
- Promotor: Víctor Rodríguez Prada
- Proyectistas: Marcos Cortes Lerín y Víctor Rodríguez Prada
- Arquitectura Técnica: Alberto López Rodríguez
- Ingeniería: TACSA SA
- Topografía: Manuel González San Juan
- Colaboradores: María Gosende Duarte y Teresa Feijoo López
- Clasificación/Tipología: Rehabilitación
- Inicio: Noviembre 2020
- Finalización: Octubre 2021
- Superficie Construida: 176m2
- Coste €/m2: 459
- Ganador del Premio Accésit ATEG de Galvanización de Arquitectura y Construcción Otilio García 2021.
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Contratistas y proveedores:
Contratista principal: Francisco Ávarez. Ayudas y albañilería: Bienvenido Rodríguez. Carpintería madera: Fernando + Aníbal Díaz García. Carpintería metálica: Tarvinor S.L. Climatización: Sanyclima Ponferrada. Demolición y gestión de residuos: Bierzo Recicla S.L. Electricidad e iluminación: UMEGA S.L. Estructuras de Hormigón: BELPASO SL. Fontanería y Saneamiento: José Manuel Gómez Martinez. Galvanizados: Galvazinc SA Impermeabilizaciones y Cubiertas: Politec SL Morteros y soleras: José Manuel Pereira Hernández. Particiones y falsos techos: José María Santín Rodríguez. Seguridad y Salud: Bieval SL Solados: Ferpe Sercon SL Urbanización: Hespalvi CB Vidrios: Perglas + Tvitec Zinc y Albardillas: Fer-Al
Resiliencia y entorno. El proyecto interviene sobre una preexistencia ejecutada en dos fases a mediados del siglo XX. Se trata de una parcela amplia, de uso residencial, adaptada desde un uso agrícola anterior, que contiene varios árboles con edad centenaria y enclavada en el cruce de caminos principales de la localidad diseminada de Dehesas. Con este cambio de uso se pretende la generación de un lugar de trabajo que aporte nuevas posibilidades a una población envejecida y abrir un nuevo espacio colectivo en un punto estratégico del pueblo.
Contexto histórico. La propuesta rehabilita un inmueble prototípico residencial, que ya incluía una pequeña tienda de ultramarinos, construido en 1954 y ejecutado a medio camino entre la tradición vernácula y la modernidad local. Posteriormente se amplía una altura en 1976, empleando técnicas de la tradición moderna además de la reutilización de la misma viguería de madera de la vivienda original para la cubierta.
Integración y extrañamiento. La operación contemporánea, en el contexto rural-urbano, resuelve en primer lugar su posición con respecto a la alineación oficial actual, distinta a la original. Se construye un zócalo de hormigón que regulariza la pieza, pero que no mantiene la ortogonalidad con la preexistencia. Sobre el límite de este plinto se eleva una urdimbre metálica que genera un velo geométrico levísimo, que se solidifica o diluye en función del escorzo y que será un soporte para la vegetación, la sombra o audiovisuales.
Este elemento, que es el que ofrece la imagen reconocible del edificio, se integra en el gris de la niebla y devuelve brillos distintos según el sol. Se resuelve con un conjunto mixto de aluminio y acero galvanizado. Un anillo superior de suspensión, colocado con herrajes artesanales sobre pletinas empotradas en el forjado a la altura del peto, y otro inferior de tensión construidos con perfiles UPN50 forman un cuadrado en planta de 12x12 metros. Sobre estos perfiles perforados y galvanizados en caliente se hila la urdimbre. En la parte posterior, entre esta veladura y la materia del edificio se introduce también la escalera, construida con chapa palillada 3/5, anclada mecánicamente a los vuelos de hormigón y suspendida con varilla de 10mm roscada en los extremos.
Estrategia e intervención. La casa que preexiste ofrece una cara interna y otra externa. Al interior se trata de obtener el mayor espacio disponible. Se descubren en la operación de vaciado algunos encuentros que tratan de repararse de forma conveniente, al tiempo que se provocan otros que sirven al nuevo uso.
Los interiores rotan en torno a dos cajas que articulan el espacio. La inferior, fría, de hormigón y metal, aporta difusión de luz y reflejos. La superior, más cálida, de madera de pino, resulta adecuada para los usos de hábitat, lúdicos y de reunión, que se expanden al exterior a través del vidrio que mira hacia el paisaje montañoso de El Bierzo.
En su cara externa el edificio trata de desmaterializar su presencia mediante el empleo del policarbonato típico de los invernaderos del lugar, que se ancla a fachada con perfilería de acero S235 laminado en caliente y galvanizado.
Es una piel que se escala mediante los huecos preexistentes y se interrumpe por los grandes nuevos, todos afilados por el acero. Su carpintería se resuelve con premarcos de chapa lisa galvanizado 3mm, que soportan el vidrio, ofreciendo a la vista únicamente el espesor de la propia chapa. La trasformación provoca una pérdida de masividad que se potencia con el color gris que vincula la fachada con el cielo. Los alzados vibran en sentido horizontal, haciendo resonar la veladura con el policarbonato; mientras se deshacen en el cielo a medida que ascienden.
La urbanización ordena los niveles de tránsito, estacionamiento y estar, distinguiendo su cualidad con los materiales. Dentro de la superficie de hormigón se encuentra la trampilla de acceso al sótano de instalaciones. Constituida por un bastidor galvanizado que soporta la rejilla palillada 20.20.2.
Halo. Todo el discurso se consolida en el aire contenido entre la veladura y la fachada. Ese espacio intermedio permite que el viejo volumen respire y tome cierta intimidad con respecto del contexto exterior. Un lugar diluido, que es colchón entre el dominio público y el privado, que el tiempo se encargará de construir, pero ya listo para habitar.
El proyecto se cierra atendiendo a su representatividad, más concretamente en la noche. El aire contenido se alumbra, generando un halo real, que es al tiempo seña de la oficina y faro en la cruz que dibuja el cruce de carreteras.