El papel de la industria en la recuperación económica

Para lograr la ansiada recuperación económica, es necesario recuperar y transformar la industria en un ejemplo de circularidad, sostenibilidad y eficiencia.

Mientras asistimos estupefactos e impotentes al desastre económico que está generando la pandemia del coronavirus en todo el mundo, en España, el INE, registra en el segundo trimestre de 2020 una caída en picado de nuestro PIB del 21,5%, respecto al mismo trimestre del año pasado.

Evolución del PIB por trimestres. Fuente INE

Sin embargo, el Índice de Producción Industrial ha logrado moderar su caída experimentando un crecimiento en julio del 9,3%, quedando en un -6,4% respecto al mismo mes del año anterior. La industria ha mostrado una mayor resiliencia al impacto del coronavirus y una mejor tasa de recuperación respecto al resto de sectores económicos, actuando como colchón amortiguador del desplome de nuestro producto interior bruto.

Evolución del Índice de Producción Industrial. Fuente INE

A comienzos de la década de 1980, el sector industrial representaba el 28,6% del PIB, ahora, ronda el 16%. En términos laborales el efecto es más llamativo, desde 1980 la industria ha perdido casi la mitad de su peso en el mercado laboral lo cual ha tenido un reflejo importante en el incremento de la precariedad.

En noviembre de 2019, antes de que la pandemia estallara, uno de los think-tanks de mayor prestigio en España y a nivel internacional, el Real Instituto Elcano, hacía unas interesantes reflexiones en su blog Objetivo 2030: ¿el definitivo resurgir de la industria europea?” afirmando que las mayores cotas de prosperidad en la economía europea se han alcanzado cuando se ha potenciado la industria, dado su capacidad para “generar innovaciones tecnológicas, empleos remunerados por encima de la media y, en general, su intenso efecto arrastre sobre el resto de los sectores productivos”.

Cuando hablamos de industria no nos referimos solo a la gran industria, también a la pequeña y mediana, la cual, en nuestro país, es una parte importante del tejido productivo. Cerca del 55% de la industria manufacturera española está constituida por pequeñas, medianas y microempresas.

ACTIVIDAD MANUFACTURERA POR TAMAÑO DE EMPRESA. COMPARACIÓN INTERNACIONAL. 2016 (distribución porcentual del VAB)

Fuente: Eurostat y Fundación BBVA

El Real Instituto Elcano incide también en su reciente Informe ¿Recuperación o metamorfosis? Un plan de transformación económica para España en que ”si ya antes de la crisis se avistaba la necesidad de un cambio del modelo productivo español hacia una economía más verde, más digital y más sostenible, tras una sacudida de los cimientos económicos como la que se derivará de esta crisis, la transformación del modelo productivo se hace ahora ineludible.”

La metamorfosis que citan los expertos de Elcano por tanto, debe estar fundamentada en un profundo análisis de los aspectos de sostenibilidad y aportación de valor global de los sectores productivos.

El Plan de Recuperación para Europa anunciado por la UE debe analizar los proyectos aplicando este concepto de “valor global”. Esto quiere decir que los criterios de evaluación deben valorar desde la capacidad de generar riqueza y empleo estable en el entorno local, hasta el desarrollo de procesos y productos más sostenibles y circulares. Respecto a esto último, la Guía para los Estados miembros para la elaboración de sus planes de recuperación cita ya como ejemplos los “Proyectos de Inversión en Economía Circular que incentiven aquellos modelos comerciales más circulares así como la mejora de la eficiencia, reparación y la reutilización”.

En conclusión, esa necesaria metamorfosis pasa porque los planes de recuperación nacionales apuesten por el fomento de una industria sostenible y respetuosa con el medio ambiente, así como por productos más circulares y de larga vida útil. Para lograr la ansiada recuperación económica, España y Europa deben esforzarse por recuperar su industria, transformándola en un ejemplo de circularidad, sostenibilidad y eficiencia.